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Clasificación y motivos de los defraudadores

Posted in Investigación forense on mayo 10, 2024
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Comprender la clasificación y los motivos de los estafadores es crucial para desarrollar medidas integrales contra el fraude y estrategias preventivas, ya que proporciona información sobre las diversas presiones que podrían llevar a un individuo común a cometer actividades fraudulentas.

La gente corriente puede hacer cosas extraordinarias, incluso cometer un fraude. La cuestión es qué motiva a una persona normal a convertirse en un defraudador. La presión es uno de los tres factores, junto con la oportunidad y la racionalización. Una persona comete un fraude cuando se encuentra en circunstancias personales difíciles o amenazantes.

Clasificación Y Motivos De Los Defraudadores

Clasificación y motivos de los defraudadores

El factor de presión en el riesgo de fraude es dinámico. Las circunstancias de los individuos son tan variadas como sus percepciones y reacciones ante ellas. Lo principal es que el fraude surge cuando las circunstancias de una persona crean una presión percibida que le lleva a explotar una oportunidad cuando aparece. En otras palabras, cada persona de cada organización tiene el potencial de cometer un fraude bajo la combinación adecuada de circunstancias.

En primer lugar, es menos probable que las presiones conduzcan al fraude en las organizaciones en las que éste se toma en serio y se imparte formación sobre el mismo a los empleados. En general, las organizaciones deben confiar pero verificar. Los fraudes se cometen en todos los niveles de la organización, pero en cada uno de ellos, ciertas banderas rojas deben hacernos tomar conciencia de las amenazas potenciales del individuo.

También se asociaron al fraude otros numerosos problemas, como los familiares, las adicciones, los problemas relacionados con el empleo y la excesiva presión laboral. El fraude es un delito de gente común en circunstancias extraordinarias. Dado que existe cierta variación en las señales de alerta según el puesto, comprender estas tendencias puede ayudar a una organización a adaptar las intervenciones de asesoramiento y entrevistas. Por ejemplo, las personas de todos los niveles eran vulnerables a vivir por encima de sus posibilidades, pero los propietarios y los ejecutivos eran mucho más propensos a tener problemas de control.

Motivos de los defraudadores

Los delincuentes que cometen fraudes pueden estar motivados por:

  • Codicia
  • Requisitos financieros
  • El deseo patológico de delinquir
  • El deseo de desafiar al sistema: la mentalidad de «atrápame si puedes».
  • Coacción (las personas pueden ser obligadas a hacer algo por sus compañeros, familiares o superiores)
  • Utilizar los fondos para comprar productos ilegales, como drogas o armas de fuego
  • Ideología (hacer algo por el «bien mayor», como en el caso de las organizaciones terroristas)

¿Qué son los factores de fraude?

Un factor de fraude facilita el riesgo de fraude. Se puede cometer un fraude si se dan todas o algunas de las siguientes condiciones.

  • Motivo del (de los) delincuente(s)
  • Posibilidades de engaño
  • Capacidades de los defraudadores
  • Justificación de la comisión de un fraude
Clasificación Y Motivos De Los Defraudadores

¿Por qué se cometen fraudes?

Los contadores públicos deben entender qué es lo que lleva a la gente a cometer un fraude para poder evaluar mejor el riesgo y ayudar a los empresarios o clientes a aplicar las medidas preventivas y de investigación adecuadas. La mayoría de los infractores del fraude laboral, desde el director general hasta el empleado de a pie, tienen una cosa en común: casi nunca aceptaron su trabajo con la intención de cometer un fraude; casi siempre son infractores por primera vez.

Ante esta realidad, hay que hacerse la pregunta lógica: ¿Cómo es que la gente buena se vuelve mala? La codicia es una respuesta obvia. Sin embargo, muchas de las llamadas personas codiciosas no mienten, engañan o roban para obtener lo que desean. Hay dos explicaciones distintas, pero relacionadas, de por qué los empleados cometen fraude. El primero se basa en un estudio de Hollinger y Clark sobre 12.000 trabajadores realizado hace 20 años. Se descubrió que casi el 90% se dedicaba a la«desviación del lugar de trabajo«, que incluía el robo de oro, la ralentización del lugar de trabajo, el abuso de las bajas por enfermedad y el hurto. Además, un asombroso tercio de los empleados había robado dinero o mercancías en el trabajo.

Confíe pero verifique

En general, las organizaciones deben «confiar pero verificar». Los fraudes se cometen en todos los niveles de la organización, pero hay ciertas banderas rojas que deberían concienciar sobre las amenazas potenciales del individuo en cada nivel. En el Informe de la ACFE a las Naciones de 2014 se analizaron casos reales de fraude organizativo para determinar las circunstancias personales del defraudador y qué señales de alarma podrían haber alertado a la organización. Los factores más mencionados fueron los siguientes

  • Viven por encima de sus posibilidades. (Esta fue, con mucho, la bandera roja más común, ya que apareció en el 44% de los casos).
  • Las dificultades financieras representan el 33% de los casos.
  • Una relación inusualmente estrecha con un proveedor o cliente (22% de los casos).
  • Problemas de control o negativa a compartir responsabilidades (21% de los casos).

¿Qué es el triángulo del fraude?

El triángulo del fraude es un marco comúnmente utilizado en la auditoría para explicar por qué alguien decide cometer un fraude. El triángulo del fraude define tres elementos que contribuyen al riesgo de fraude: (1) oportunidad, (2) incentivo y (3) racionalización.

El triángulo del fraude es un modelo comúnmente utilizado en la auditoría para explicar por qué un empleado decide cometer un fraude en el lugar de trabajo. Al examinar el riesgo de fraude en una organización, los auditores suelen referirse al triángulo del fraude.

Donald R. Cressey, un conocido criminólogo, ideó el triángulo del fraude. La premisa es que para combatir el fraude es necesario no sólo reconocer que se produce, sino también determinar cómo y por qué se produce.

Reflexiones finales

El triángulo del fraude, que comprende la presión, la oportunidad y la racionalización, proporciona un marco convincente para comprender por qué las personas comunes cometen fraude en determinadas circunstancias. Estos individuos, impulsados por diversos factores como la coacción financiera, la codicia o la necesidad de desafiar al sistema, a menudo se encuentran atrapados en circunstancias que intensifican la percepción de presión. Esa presión, junto con una oportunidad disponible y una justificación racionalizada, puede desencadenar actividades fraudulentas.

Sin embargo, la susceptibilidad a cometer fraude puede mitigarse en entornos que hacen hincapié en la formación y las prácticas serias contra el fraude. Al comprender las señales de alerta asociadas con el fraude y adaptar las medidas preventivas en consecuencia, las organizaciones pueden reducir potencialmente la omnipresencia de dicha malversación. Reconocer que cada individuo alberga el potencial de fraude en las circunstancias adecuadas subraya la necesidad de una vigilancia constante, subrayando el principio de «confiar pero verificar».