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¿Qué es el factor disuasorio? Important Definition Of Deterrence Factor

Posted in Gestión del riesgo de fraude on abril 22, 2024
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El factor de disuasión se considera uno de los enfoques de comportamiento más importantes, que la mayoría de los defraudadores poseen. Esto hace que se sientan mal al realizar un acto que puede exponerlos al público o hacer que se enfrenten a un castigo al que no se han enfrentado antes.

El factor disuasorio, que representa el miedo al castigo o a la desgracia social, sirve como una herramienta poderosa para disuadir a los posibles estafadores, pero su eficacia varía mucho en función de la evaluación individual de los riesgos, la severidad de las sanciones y la comunicación eficaz de las posibles repercusiones.

El factor de disuasión

¿Es eficaz el castigo para reducir la delincuencia? En caso afirmativo, ¿de qué manera y en qué medida? La disuasión, o los efectos de prevención de la delincuencia de la amenaza de castigo, es una teoría de elección en la que los individuos sopesan los beneficios y los costes de la delincuencia.

Factor De Disuasión

Resumen – Qué significa la disuasión

La disuasión es la vergüenza causada por el miedo al castigo. La disuasión se considera la mejor manera de detener los incidentes de fraude antes de que ocurran, lo que puede ayudar a reducir las pérdidas financieras, operativas y de reputación de la organización o una empresa. 

Cada empresa u organización desarrolla procesos y procedimientos internos para administrar los asuntos comerciales y operativos a través de los empleados. 

El gobierno de la empresa u organización debe aprobar dichas políticas y procedimientos que establecen las sanciones y multas relacionadas con los incidentes de fraude. Estas políticas y procesos tienen como objetivo disuadir la aparición de incidentes de fraude en la empresa. Dichos procesos y procedimientos mencionan los niveles de castigos o multas que pueden imponerse al empleado o empleados si se produce un incidente de fraude o se informa a la dirección. El nivel de los castigos y multas varía según la importancia de los casos de fraude. Estos procesos y procedimientos deben ser difundidos a los empleados de todos los niveles para su conocimiento y cumplimiento

La percepción de la detección

La detección del fraude se basa en la percepción de que el fraude se produce cuando el entorno y las condiciones son las adecuadas para que se produzca. También es importante entender que los defraudadores pueden dejar de cometer los fraudes cuando los beneficios netos esperados de las actividades fraudulentas son superados por sus castigos o costes esperados.

También se percibe que las penas económicas elevadas son más eficaces que las penas de prisión más largas. La persona que va a cometer el fraude debe saber que si es descubierta después de cometerlo, el importe de la pena es tan importante que puede verse obligada a vender su patrimonio para pagar la pena impuesta.

El análisis de disuasión del fraude podría revelar posibles perspectivas de fraude en el proceso, pero se realiza bajo el principio de que domar los procedimientos internos de una empresa para condensar o eliminar los factores de fraude es la mejor defensa contra las actividades fraudulentas. La disuasión del fraude incluye iniciativas tanto a corto como a largo plazo. 

La disuasión también depende de la evaluación que haga el culpable del riesgo que supone cometer un fraude. Algunos defraudadores pueden ignorar los riesgos debido a un estado de ánimo demasiado optimista sobre la comisión del fraude y a una visión irracional sobre su capacidad para evitar su detección. Algunos defraudadores disfrutan cometiendo fraudes y escapando a la detección. Los expertos que investigan los fraudes deben tener en cuenta y valorar ese exceso de optimismo y disfrute de los defraudadores.

Eficacia del factor de disuasión

Es difícil medir y estimar los efectos de las sanciones penales en el comportamiento delictivo posterior. A pesar de los numerosos estudios que utilizan una variedad de fuentes de datos, sanciones, tipos de delitos, métodos estadísticos y enfoques teóricos, hay poco acuerdo en la literatura científica sobre si, cómo, en qué circunstancias, en qué medida, para qué delitos, a qué coste, para qué individuos y, quizás lo más importante, en qué dirección funcionan las diversas sanciones penales. Se han realizado extensas revisiones de la literatura, con conclusiones algo contradictorias.

El problema de la comunicación

El efecto motivador del derecho penal está determinado no por las realidades objetivas de la ley y de la aplicación de la ley, sino por la percepción subjetiva del ciudadano de estas realidades. Un cambio que no se nota no tiene ningún impacto. Si queremos aumentar el efecto disuasorio en un ámbito concreto, por ejemplo, imponiendo penas más duras o aumentando la actividad policial, una cuestión fundamental es si la gente será consciente del cambio. Este aspecto recibió poca atención en la teoría clásica de la disuasión. Parecía que se asumía implícitamente que los hechos objetivos y las percepciones subjetivas coincidirían.

Reflexiones finales

El concepto de disuasión se basa en la idea de que los posibles estafadores, ante la posible vergüenza y las repercusiones punitivas, reconsiderarán sus acciones para evitar consecuencias significativas. Este enfoque reconoce que el fraude es a menudo una elección que se hace en un entorno que se percibe como oportuno, una ecuación que cambia cuando los costos o castigos previstos superan los beneficios. Sin embargo, este enfoque disuasorio no existe en el vacío y su eficacia depende de varios factores, como la severidad y certeza del castigo, la evaluación del riesgo personal del delincuente y la comunicación de estas sanciones.

Aunque la disuasión es una táctica popular y lógicamente atractiva, la validación empírica de su eficacia sigue siendo ambigua y polémica. Además, las percepciones individuales, a menudo divergentes de las realidades objetivas de las sanciones, desempeñan un papel fundamental, lo que indica la necesidad de contar con estrategias de comunicación eficaces para mejorar la disuasión. Por lo tanto, si bien las estrategias de disuasión son prometedoras, se necesita más investigación para comprender las condiciones específicas en las que funcionan mejor y cómo se pueden aplicar de manera consistente en diferentes sectores y organizaciones.